tag:blogger.com,1999:blog-20081124344850444982024-03-05T17:54:22.939-03:00BAJADA DE BANDERA - Historias de taxiSituaciones e historias que merecen ser contadas...Joelhttp://www.blogger.com/profile/02521737934255746376noreply@blogger.comBlogger18125tag:blogger.com,1999:blog-2008112434485044498.post-12797120874977791422013-05-15T03:20:00.001-03:002013-05-15T03:20:26.070-03:00Franco, como Pablito<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi2CaJFfRjkGzE1e7hbsV6DP8oXlXMIQSVK0BKXe2rHDT0e4vu0w56ssEh5G64VwHK_gOPLpLjXhCEWoz7EVmY61DY-CzmX0bFC4G-MJOEmKl5JiFTFkal_E-9_1ty-bmc0seDg71TLRPI/s1600/Franquito.jpg" imageanchor="1" ><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi2CaJFfRjkGzE1e7hbsV6DP8oXlXMIQSVK0BKXe2rHDT0e4vu0w56ssEh5G64VwHK_gOPLpLjXhCEWoz7EVmY61DY-CzmX0bFC4G-MJOEmKl5JiFTFkal_E-9_1ty-bmc0seDg71TLRPI/s320/Franquito.jpg" /></a><br />
Yo tenía unos 15 años. Se organizaba en el campo de deportes de la Escuela Domingo Savio un torneo de fútbol "Senior". Yo estaba de alcanza-pelota, atrás de uno de los arcos. En eso se arrima el “5” y me dice:<br />
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-Papá, me podes ver el nene.<br />
-Sí, no hay problema- contesté.<br />
-Tené cuidado que <b>Pablito</b> es especial. Es medio bruto para jugar. No mide la fuerza.<br />
<br />
El nene, de unos 8 años, tenía síndrome de down. <br />
Arrancó el partido y yo hacía mi trabajo mientras Pablito jugaba con una rama bastante larga. Hacía gráficos en el piso y después, con su pie, los borraba. Así, una y otra vez. Él, en su mundo, y yo, atento al partido: hasta ese momento no entendía la aclaración del padre sobre la fuerza. Yo, por ahí, lo hablaba y no me prestaba atención.<br />
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Segundo tiempo, el escenario atrás del arco era igual. En ese momento, se va una pelota por arriba del travesaño, a lo cual le alcanzo mi pelota al arquero y me voy a buscar la que se había ido del campo de juego. Apenas hago el primer paso, se me engancha el pie con la red del arco y allá fui: al piso. En ese instante Pablito dejó de garabatear y como si fuera un grito de guerra se escuchó de su boca un: “IIIIIIIIAAAAHHHHHH!!!”. Me empezó a dar ramazos, mientras carcajeaba. A todo esto, no podía desengancharme. Yo, medio sonriendo, le digo que pare (porque me estaba dando masa). Pablito interpretó que era un juego y me sacudió como 5 veces más hasta que me desenganché. Con una sonrisa en su rostro, volvió a su labor artística. Hasta el día de hoy me acuerdo de esa historia, y me río solo.<br />
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La pregunta del millón: ¿Qué tiene que ver que el salame del futuro taxista se enganche el pie con la red, con las historias de taxi?<br />
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La respuesta:<br />
Miércoles, 10 de la noche: una señora y un niño, de unos 10 años, me hacen seña a la altura del Shopping de Duarte Quirós. Al subir, me dicen que van solo a diez cuadras, pero que el cristalito (niño, en jerga taxística) se había cansado de caminar. Apenas subió, el nene me dice: “¡Buenas!”. Yo le contesto igual. Él insiste diciéndome nuevamente: “Buenas”. Yo le contesto: “¡Que tal!”. Él insiste con su: “Buenas”. En ese instante, la madre le dice: “Ya está <b>Franquito</b>. Ya lo saludaste al señor”. Franquito sonrió satisfecho de haber cumplido, seguramente, con lo que le había enseñado su madre: saludar. De todos modos, me llamó la atención el porqué de su insistencia.<br />
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Habremos hecho una cuadra y el pequeño, que estaba sentado al medio de la butaca trasera, despega su espalda de la misma: apoyó sus codos en los respaldares delanteros, para tener mejor visión por el parabrisas. Habremos hecho una cuadra más, y la inquietud le ganó: me tocó el hombro, se tiró para atrás y se hizo una bolita en el asiento, mientras se reía. “Ya está Franquito”, le dice la madre, reprendiéndolo cariñosamente. “Franquito es especial. No se puede quedar quieto y quiere jugar con todo el mundo”, me explicaba la madre. Ya estábamos a escasos metros de la casa y escucho un: “¡Ahí! ¡Gracias!... ¡Ahí! ¡Gracias!”. Franco me indicaba dónde era su casa, y en la misma acción me agradecía.<br />
<br />
Yo suelo regalarles una moneda a los chicos que se portan bien en el viaje, a modo de pequeñísimo premio. Es casi un acto de estricta justicia distinguir a los pasajeritos que se portan bien, de los que no (que son varios), aunque la culpa no sea necesariamente de estos. Franco, con su “Buenas” y su “Gracias” se lo había ganado cómodamente.<br />
<br />
“¿Tenés alcancía?”, le pregunto, a lo cual Franquito me hace seña desesperadamente con su cabeza que sí. Se volvió a reclinar hacia adelante, apoyando sus codos en los asientos delanteros. “Tomá, para la alcancía”, le digo, dándole un peso. Al tomar la moneda, escucho que grita: “IIIIIIIIAAAAHHHHHH!!!”. En ese instante se me vino a la cabeza Pablito, a lo cual cerré los ojos esperando una trompada “juguetona” de Franco. Lo tenía a escasos 20 centímetros. Todo lo contrario: me dio un beso, en señal de agradecimiento, y se bajó. Si estas no son las cosas lindas del taxi…Joelhttp://www.blogger.com/profile/02521737934255746376noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2008112434485044498.post-16908300594322152082012-12-13T05:54:00.000-03:002012-12-13T06:28:33.320-03:00A la guardería van los nenes malos<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgnxl5yJmhnhv2Xk5MRKACU9reu14u6zgPWixGkxeH2ETrl540oR2X-czxuLB_kMKJdyMDIArCcuGztpOnDxZyWL-MnQrdj-ggPQTA-dvkWLOOSbzvKwvvxIrUZtHBhjXLdU6ANa1U8RbE/s1600/carcel.jpg" imageanchor="1" style="clear:right; float:right; margin-left:1em; margin-bottom:1em"><img border="0" height="160" width="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgnxl5yJmhnhv2Xk5MRKACU9reu14u6zgPWixGkxeH2ETrl540oR2X-czxuLB_kMKJdyMDIArCcuGztpOnDxZyWL-MnQrdj-ggPQTA-dvkWLOOSbzvKwvvxIrUZtHBhjXLdU6ANa1U8RbE/s200/carcel.jpg" /></a></div>En la jerga del taxi se suele utilizar la palabra <b>“guardería”</b> para hacer referencia a las cárceles; y a modo de humorada, cuando uno quiere brindar su ubicación, se suele agregar de qué lado del murallón de la penitenciaría se encuentra. Si necesito informarle el lugar en el que me hallo al operador, podría decir algo como: “Estoy en la guardería de San Martín… Del lado de afuera”. Precisamente, la historia que hoy les contaré hace referencia a la “guardería” Reverendo Francisco Luchesse, o sea, a la cárcel de <b>Bower</b>.<br />
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“Yo que pensé que a las cárceles las iba a conocer cuando me recibiera”, me dice la chica que acababa de subir (en adelante Ana). Cuando el pasajero lanza ese tipo de declaraciones, uno sabe que se viene una interesante conversación. Vendría a ser un equivalente a cuando uno ve que se infla la red de un arco: sabe que se viene el grito de gol. En mi caso, significa un “atento Rolando, que se viene una historia para el blog”.<br />
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<b>Ana</b>, de 19 años, me aborda en la calle Belgrano y, al subir, me indica que la lleve a Cofico. A los pocos metros, con esa capacidad que tienen los pasajeros para enganchar los temas de conversación (a veces muy poca capacidad), me dice: “¡Qué calor! No te podes imaginar el calor que hacía en Bower. Y yo que pensé que a las cárceles las iba a conocer cuando me recibiera”. Un poco abrupta la transición de un tema a otro. Estaba claro que la conversación giraría en torno a la “guardería”. Para no entrar de punta al tema, suavicé con un: “¿Estudias abogacía, trabajo social, psicología…?”. Abogacía, fue la respuesta. En realidad estiré casi nada la pregunta obligatoria: “¿Qué hacías en Bower?”. La pasajera me contaba que acababa de venir de ver al novio <b>(Mauricio)</b>, de 21 años, quien estaba detenido en la penitenciaría.<br />
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“Viste el caso que salió en los medios, donde le robaron a una maestra y la tuvieron de rehén unas horas. Uno de los que estaba ahí era mi novio”, empezaba el relato Ana. Y siguió: “Imaginate qué voy a decir en mi casa: - Familia: salgo con un delincuente- . Mis papás son profesionales. No tengo necesidades. ¿Qué van a decir?”. Al no estar muy empapado de la noticia, preferí que me diera más información de “primera mano”. “Se juntó con un grupo de amigos, y prepararon el robo. Les salió mal porque cuando se estaban yendo llegó la policía. Encima, los estúpidos, decidieron agarrarla a la vieja de rehén. Mi novio, mientras negociaban sus amigos con la cana para entregarse, trato de escapar por el patio, pero lo agarró un policía: se hartaron de pegarle”, me contaba.<br />
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Uno podía descubrir del relato, que la noticia fue totalmente inesperada por Ana. Mi pregunta apuntaba a eso: “¿Vos sabías que él andaba en esto? ¿Trabajaba?”, salí al cruce. La pasajera, impulsivamente, me mira por el retrovisor y me dice: “Te juro que no sabía nada. El trabajaba de delibery en barrio Jardín. Justamente, yo le pregunté por qué hizo esto, si tenía trabajo. Él me dijo que era para poder darme más cosas a mí y a su madre. No lo entiendo, si yo jamás le pedí nada”, explicaba. Y agrega: “Él me pide disculpas a cada rato y dice que está arrepentido. También se lamenta, porque si todo salía bien, iba a ganar mucha plata. La vieja dijo en los medios que era una pobre docente, pero en realidad, según me dice mi novio, se dedicaba además a ser prestamista”.<br />
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El abogado defensor, según me contaba Ana, cree que el "caco" Mauricio (diría Crónica) está complicado, por eso le dictaron la prisión preventiva. Dicho de manera simple, como se dice en Alberdi: el chanta está hasta las manos, porque lo agarraron con las manos en la masa, y lo tienen guardado para que no se tome el palo. <br />
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La historia era parecida a la de las novelas mexicanas que pasan a la siesta por canal 8: una historia de amor signada por el delito y el (posible) desprecio familiar. También podría ser Romeo y Julieta, versión 2012, donde los Capuleto se pondrían “chivos” porque resulta que Romeo es choro. Como era muy difícil que “Mauri” salga libre, pregunté a Ana qué haría con respecto a la relación: “La verdad no sé. No me veo yéndolo a visitar todos los días a la cárcel”. Con esta respuesta, claramente “Julieta” no se iba a suicidar por amor.<br />
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De esto pude sacar <b>cuatro conclusiones</b>. Primero, que la relación quedaba supeditada a la sentencia del juez. Segundo, que Mauricio no estaba realmente arrepentido, porque seguía enfocándose en el “jugoso premio” que se iba a llevar. Tercero, que los que joden a las maestras, se quedan a dormir en la guardería. Y cuarto: que voy a pensarlo dos veces cuando pida pizzas en barrio Jardín.Joelhttp://www.blogger.com/profile/02521737934255746376noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-2008112434485044498.post-41925152411238152892012-07-03T00:59:00.002-03:002012-07-03T01:29:40.129-03:00Cómo hacer señaHe venido descuidando mucho está sección en el último tiempo, favoreciendo ampliamente el relato de las historias que me cuentan o me suceden en el taxi. A raíz de esto, hoy dedicaré esta entrada a una situación que más de una vez ocurre en la labor diaria.
El hecho es el siguiente: un usuario está en una parada de colectivo y se aproxima un taxi y, justo atrás, un ómnibus que se detendrá en la parada donde estamos. La pregunta es la siguiente: ¿El usuario tiene alguna forma de hacer una seña clara para indicar cual de los dos servicios de transporte precisa? La respuesta es afirmativa, y posee una efectividad de un 90 % (Encuesta no probabilística por conveniencia, je).
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjyGgj9zYcW7Ug9kwRmNy6xsLm4_SEsjGnGzfyeDcehXhNEQyYBAddlWnOgfjQdV6PBVb0gLSusBaUa9YLSKc2dt8Sa10VS_0KH40QTPUsq-zE28C9L_q44w9btRQa3Nzgdg0R6O707F6I/s1600/Haciendo+Se%25C3%25B1a.jpg" imageanchor="1" style="clear:left; float:left;margin-right:1em; margin-bottom:1em"><img border="0" height="157" width="128" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjyGgj9zYcW7Ug9kwRmNy6xsLm4_SEsjGnGzfyeDcehXhNEQyYBAddlWnOgfjQdV6PBVb0gLSusBaUa9YLSKc2dt8Sa10VS_0KH40QTPUsq-zE28C9L_q44w9btRQa3Nzgdg0R6O707F6I/s200/Haciendo+Se%25C3%25B1a.jpg" /></a></div>Esta sería la forma habitual de hacer seña en cualquier lugar para solicitar el servicio de un taxi o un ómnibus.
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgPCSCRcVKc_453QgMAvGvy3G0elXhL7yEUM85NI8vm1e-rJk4btHyepru3-LxQRifumw6OLSiN8hnjA1b0Ft8C_lOAqTsDZE2MHuBMlWqjUU7t2pa8NohGxFAAExn67HVOPhumPEMSo6w/s1600/Se%25C3%25B1a+bondi.jpg" imageanchor="1" style="clear:left; float:left;margin-right:1em; margin-bottom:1em"><img border="0" height="157" width="128" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgPCSCRcVKc_453QgMAvGvy3G0elXhL7yEUM85NI8vm1e-rJk4btHyepru3-LxQRifumw6OLSiN8hnjA1b0Ft8C_lOAqTsDZE2MHuBMlWqjUU7t2pa8NohGxFAAExn67HVOPhumPEMSo6w/s200/Se%25C3%25B1a+bondi.jpg" /></a></div>En la hipótesis planteada más arriba, si uno quisiera hacerle seña al micro, evitando que el taxi se frene en vano, debería hacer esta seña.
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhD8Ajf-bSwhHeim7am0Aq0Hr2L2i1rHs1DkYYa1W1CEitwHIZ2ZicHbE3FekHi4SXbDsXLjebAXlZYRg0ydSPlX5WJ5YxPj0DmAztwlS0GdSSqr-3kAzl0DTyQYGiP0MLCjuz6mnjpZtI/s1600/Se%25C3%25B1a+taxi.jpg" imageanchor="1" style="clear:left; float:left;margin-right:1em; margin-bottom:1em"><img border="0" height="157" width="128" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhD8Ajf-bSwhHeim7am0Aq0Hr2L2i1rHs1DkYYa1W1CEitwHIZ2ZicHbE3FekHi4SXbDsXLjebAXlZYRg0ydSPlX5WJ5YxPj0DmAztwlS0GdSSqr-3kAzl0DTyQYGiP0MLCjuz6mnjpZtI/s200/Se%25C3%25B1a+taxi.jpg" /></a></div>Por el contrario, si uno quiere hacerle seña al taxi y asegurarse que el mismo no interprete de manera errónea que usted le está haciendo seña al colectivo, deberá usar esta seña, así el vehículo menor se detiene.
Vale aclarar que esto no posee rigor científico. Simplemente es una costumbre urbana que reporta muchos beneficios para transportistas y pasajeros.
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjRwBsVnOSvTk13OxyFmNbdT3HW-5KUxBmuzPF2oPuF_ySP7zUFFylpcB76IAU8Jlvh-RzxhloRJ2rZULqxBdofwXF1Y3fJJi2PyYfQNU-aDu7YATqmuJtRPR_hAFsqQM4chMbDXnBq8m4/s1600/Manodedo.jpg" imageanchor="1" style="clear:left; float:left;margin-right:1em; margin-bottom:1em"><img border="0" height="7" width="11" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjRwBsVnOSvTk13OxyFmNbdT3HW-5KUxBmuzPF2oPuF_ySP7zUFFylpcB76IAU8Jlvh-RzxhloRJ2rZULqxBdofwXF1Y3fJJi2PyYfQNU-aDu7YATqmuJtRPR_hAFsqQM4chMbDXnBq8m4/s200/Manodedo.jpg" /></a></div>
<b>GRAGEA 1:</b> En Córdoba Capital, cada taxi está obligado por Ordenanza a llevar 10 bajadas de bandera de cambio para dar vuelto. Es decir que si usted realiza un viaje de 30 pesos y abona con 100, el taxista no podría negarse a aceptar el billete (ya que la bajada de bandera hoy es 7 pesos. 7x10: 70 pesos de cambio)Igualmente, siempre es una buena costumbre preguntar antes de subir si tiene cambio el taxista.<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEja9H_2bL-hsgTMMB0m3QBSXnykd72-um6Ai6VqTKTgWDBaGotRGl0nTVw-3_7GsuZTx0VEesX2BLNGKBbVUMcTpBx6xwnaDqMQ-pVyolCgr79mMl2rySjvc1VhixCQHhrawpkp2jdUQbM/s1600/Manodedo.jpg" imageanchor="1" style="clear:left; float:left;margin-right:1em; margin-bottom:1em"><img border="0" height="7" width="11" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEja9H_2bL-hsgTMMB0m3QBSXnykd72-um6Ai6VqTKTgWDBaGotRGl0nTVw-3_7GsuZTx0VEesX2BLNGKBbVUMcTpBx6xwnaDqMQ-pVyolCgr79mMl2rySjvc1VhixCQHhrawpkp2jdUQbM/s200/Manodedo.jpg" /></a></div><b>GRAGEA 2:</b> En horarios nocturnos, los taxistas estamos autorizados por Ordenanza a llevar acompañante como medida de seguridad. En caso de que el taxi que usted aborde lleve un acompañante, el máximo de pasajeros que el vehículo de alquiler podrá trasladar pasarán a ser tres.Joelhttp://www.blogger.com/profile/02521737934255746376noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2008112434485044498.post-14516544837781400612012-03-21T04:16:00.005-03:002012-03-21T04:40:23.851-03:00Los primos son como hermanos… del Diablo<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiPxByrrAh-ueqMvAopkSr6MyPVJL-i13DIMTFU-5DwLX9ejXvkJTCEsUx49CPcO8M1j_5ESxSJkfeLcH2KHOinmmdsvsQ0RJj5DplTvfXFKsPPfsaOfXrrpdqhoQexvHYEaMOrpH-4m_Y/s1600/dinero.jpg"><img style="float:left; margin:0 10px 10px 0;cursor:pointer; cursor:hand;width: 161px; height: 200px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiPxByrrAh-ueqMvAopkSr6MyPVJL-i13DIMTFU-5DwLX9ejXvkJTCEsUx49CPcO8M1j_5ESxSJkfeLcH2KHOinmmdsvsQ0RJj5DplTvfXFKsPPfsaOfXrrpdqhoQexvHYEaMOrpH-4m_Y/s200/dinero.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5722246244923456178" /></a>“Éramos como hermanas. Le confiaba mis hijos para que los cuide. Le fui garante en un par de créditos y hasta le preste un buen dinero en varias ocasiones, hasta que decidí no hacerlo más. Ella no es nadie para mí hoy”, decía Florencia refiriéndose a Marlene, su prima. Ante este tipo de declaraciones uno tiene la obligación de preguntar, casi como si se tratara de un acto de cortesía.<br /><br />“¿Te explico?”, me preguntaba Florencia mientras habría los ojos como el jugador que ve que le hacen “piedra libre para todos los compas”. Por supuesto que iba a decir que sí, sino no estaría acá redactando, jeje. <br /><br />“Hace 3 años tenía un muy buen pasar económico. Me compré un departamentito en Santa Isabel II y, para generar ingresos, me puse un kiosco. Me faltaba el auto, así es que junto a mi novio decidimos empezar a ahorrar”. Así iniciaba su extenso relato Florencia. Y sigue: “Por aquellos días yo le decía a mi prima que viniera a cuidarme los chicos al departamento, porque el trabajo me impedía estar todo el tiempo con ellos. Ella siempre era materia dispuesta. Muchas veces Marlene los llevaba a la escuela, les cocinaba. Yo, por supuesto, estaba feliz por dejárselos a alguien de confianza. Nos conocemos desde niñas; compartíamos las muñecas, las salidas, los secretos”. <br /><br />Hasta aquí Marlene era una prima que iba camino a la santidad. Estaba “Jean Paul Second” y venía Sor Marlene. Pero ¡cuidado!, porque por ahí el helado trae pedazos de hielo…. (Si es que se me permite esta metáfora barata robada de una tarjeta Junot, jeje). <br /><br />“Yo todos los meses compraba Dólares y los guardaba en un recoveco del depto. Cuando ya había juntado unos 62 mil pesos, decidí comprar el auto “tiki taka”. Cuando voy a buscar la plata, no había nada. Imaginate mi desesperación. Al ratito llega Marlene y me ve así: ni me preguntó que me pasaba. Se quedó diez minutos y me dijo que se tenía que ir. El lunes siguiente tenía que cuidarme los chicos: no volvió a llamarme por 3 meses”, me contaba con voz firme. Este cimbrón económico – delictual - familiar le ocasionó problemas en su pareja que devinieron en la separación, sobre todo teniendo en cuenta que los ahorros eran comunes (... y de que la prima era de Florencia, no del novio también victima del ilícito). “Este postre tiene frutilla y cereza”, me decía irónicamente Florencia. Hizo un breve silencio y continuó: “La mina me clavó además con unas garantías que le había firmado, así que perdí el kiosco y el departamento. Otra cosa que me jode, y mucho, es que mis chicos van al mismo colegio que la hija de Marlene. Yo los tengo que ir a buscar a pie, y esta se compró un auto con mí plata y la puede llevar y traer a la hija lo más bien”. <br /><br />“Esta chica no tiene códigos”, le dije (horario de protección al menor: ON). “Ahora estoy viviendo con mi abuela porque me quedé sin nada. Cómo será, que en diciembre se me rompió el celular, y entre mi abuela y mi mamá me regalaron un aparato porque yo no me podía comprar uno. Yo no sabía que era con abono, así que al tercer mes me lo cortaron. Cuando voy a pagar me dicen que era un plan corporativo, por lo tanto tenía que pagar la deuda mía, más la de otros dos celulares que pertenecían al plan. Yo pensaba que las otras dos líneas pertenecían a Ricardo, mi hermano, y a mi mamá, así que las pagué de una. Después, para sacarme la duda, le pregunté a mi abuela de quienes eran los corporativos…”, me contaba Florencia, ya un poco más tranquila. Creo que en estos momentos, Walter Nelson diría “ta tannnnn ta tannnnnnn”. La respuesta sobre la titularidad de los otros celulares era casi obvia, sobre todo teniendo en cuenta que la estimada Florencia venía siendo excretada por un paquidermo en seguidas ocasiones. “Mi abuela me dice que una de las líneas era de Ricardo…. y la otra de Marlene. Hasta sin querer y todo me sigue cagando la mina esta (horario de protección al menor: OFF)”, se exaltó.<br /><br />Ah! Me olvidaba… Esta historia me la contó una pasajera. Todo empezó cuando me dijo que la llevase a Barrio Santa Isabel II. Yo simplemente le había dicho que era un lindo barrio.Joelhttp://www.blogger.com/profile/02521737934255746376noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2008112434485044498.post-29498070331491822022012-02-06T03:57:00.005-03:002012-02-06T04:07:12.818-03:00Policía atrapado<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEisOMBaQbMhttPz7o1PsGrjftaPXLhINZ2MG2KlipeJgiw5pQA8FXRBb3XVabt7w3l80K_zUOZtjsupYWo0X_7jykcZJU8GnJKe24sC6gRuQGBtgtaj2wbYJPzgl8kSSYDsytlS4QXGxYw/s1600/esposas%252Bpreso.JPG"><img style="float:right; margin:0 0 10px 10px;cursor:pointer; cursor:hand;width: 200px; height: 196px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEisOMBaQbMhttPz7o1PsGrjftaPXLhINZ2MG2KlipeJgiw5pQA8FXRBb3XVabt7w3l80K_zUOZtjsupYWo0X_7jykcZJU8GnJKe24sC6gRuQGBtgtaj2wbYJPzgl8kSSYDsytlS4QXGxYw/s200/esposas%252Bpreso.JPG" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5705913833700832706" /></a>“Nos conocimos en la fuerza”, me dice la policía que hacía las veces de pasajera haciendo referencia a su marido. Ya estaba un poquito avanzada la conversación y, por supuesto, habíamos superado la temática de “lo loco que está el tiempo” y demás yerbas. Me había tomado en el centro e iba a barrio Patricios.<br /><br />Me empezó a contar de su matrimonio y de su comienzo tumultuoso: “Nos conocimos en la fuerza. Empezamos a estudiar en la escuela de policías y sobre el final del curso de agente (dura 9 meses) nos pusimos de novio”, me explicaba la pasajera. Pero el comentario que hizo parecía incompleto. Era notable que, si habláramos de escritura, eso fueron puntos suspensivos, y no un punto final en su declaración. “Pero se portaba mal al comienzo”, agregó comenzando su descargo. Me mencionó que una vez terminado el curso, su esposo (por entonces flamante novio) trabajaba todos los Sábados a la noche en la comisaría 9na, con lo cual no podía organizar salidas de pareja para ese día de la semana; y eso claramente le jodía. “Mi papá es policía también y él una vez me dijo que no se podía asignar incesantemente a un efectivo en un mismo horario tedioso o poco amigable, porque constituiría un abuso por parte de su superior; entonces comencé a sospechar de que algo andaba mal o, mejor dicho, de que este la estaba haciendo bien”, relataba la uniformada. <br /><br />Con ese escenario, y con su sexto sentido agudizado, decidió sacarse las dudas sobre el posible entuerto: se puso de acuerdo con su hermana para que, exactamente al mismo tiempo, ella llamara a la comisaría 9na pidiendo por su cuñado y mi pasajera, en ese instante, se contactara vía telefónica con su novio. El plan era perfecto. “Eran las 11 de la noche. Marcamos al mismo tiempo. Mientras yo empiezo a hablar con el guacho este que me decía que estaba muy cansado por la guardia que estaba llevando a cabo, mi hermana me dice por medio de señas que se había ido de la comisaría a las 3 de la tarde. Yo no me iba a quedar así como así. Primero me hice la pava y le dije que le iba a abrir un sumario a su superior por abusarse de su autoridad y recluirlo todos los sábados a la noche, porque eso constituía un exceso de mando y le corte. Me llamaba y me llamaba y no le atendía; él desesperado para que no abriera el sumario. Decidí atender y le pedí directamente que me dijera la verdad”, me explicaba enérgicamente la pasajera. El novio estaba atrapado en una jaula de leones: estaba encerrado y no le quedó otra que confesar que le era infiel. “Yo lo perdoné porque es entendible que no estuviera tan enganchado conmigo. Recién hacía 6 meses que salíamos”, justificaba la pasajera. O mejor dicho, lo justificaba la pasajera. <br /><br />“Nunca más me engañó”, fue la frase con la que comenzaba el cierre de la charla. "O nunca más lo volvieron a agarrar al poli”, pensaba yo(jeje). Íbamos llegando al final del viaje y yo le menciono mi admiración por su capacidad de perdonar. “Yo lo perdoné. Ahora estamos casados; es otra cosa. Pero cada tanto le hago una miradita al celular de él o sino cuando él se junta en casa y juega a la Play con sus amigos, y yo supuestamente estoy dormida, me arrimo a la puerta del comedor y paro la oreja para ver si trama algo”, concluyó.<br /><br />Está claro ¿no? ¿Perdón a medias o secuelas de heridas cerradas? En fin… una de las tantas historias que se pueden contar en un vehículo de alquiler.Joelhttp://www.blogger.com/profile/02521737934255746376noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2008112434485044498.post-696167141035399642012-01-17T02:55:00.004-03:002012-01-17T13:19:09.976-03:00Pidiendo pista…<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjHHYa5WL-Hruxrj0BaS-Y2XXJAVwODYRrCTR5B0bf62lVLsR2paO_VKpLNN9HRYUZjW5_SuMZpt-81z1-_rFXc9qxGtcbVZTVO4kohuT4gn34VhxLPw-498GRF3ihltD2sD03-USsgxbE/s1600/pilot.jpg"><img style="float:right; margin:0 0 10px 10px;cursor:pointer; cursor:hand;width: 200px; height: 175px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjHHYa5WL-Hruxrj0BaS-Y2XXJAVwODYRrCTR5B0bf62lVLsR2paO_VKpLNN9HRYUZjW5_SuMZpt-81z1-_rFXc9qxGtcbVZTVO4kohuT4gn34VhxLPw-498GRF3ihltD2sD03-USsgxbE/s200/pilot.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5698476368736478386" /></a>Dicen que el mundo es un pañuelo… y hace muy poco tiempo lo pude comprobar. “Eran las diez de la noche, piloteaba mi nave”, diría Arjona. La diferencia es que yo no “zigzagueaba en Reforma”, sino que lo hacía a la altura del Sheraton. Cuando paso por el frente del hotel, un hombre de traje va saliendo del mismo y entre la oscuridad me hace seña. Al subir, me indica que vayamos a barrio Cofico, al pasaje Santos Vega. Cuando se iluminó el interior del auto pude ver que ese traje tenía cintillas: se trataba de un piloto. Empezamos a hablar de su trabajo, sobre las vicisitudes de volar y de los riesgos de que se te apague un motor en pleno vuelo. En fin, cuestiones que uno puede hablar con un piloto. Si fuera otro taxista mi pasajero, uno hablaría de las vicisitudes de manejar y de los riesgos de que se te pare el motor en General Paz y Colón.<br /><br />Dejando de lado su profesión, me cuenta que él era bonaerense, pero que no tenía residencia fija por su trabajo y que venía a visitar a una “chica” que él tenía por estas latitudes. A todo esto, el piloto tenía unos 50 años, así que me interesaba de qué edad estábamos hablando en el caso de la chica. Me cuenta que hacía unos meses que salía con la mencionada y que tenía sus encantos. Mi curiosidad crecía más. Llegamos a destino: quince pesos marcaba el reloj taxímetro. En lo que me estaba pagando, se abre la puerta de la casa y por el filo de la puerta alcanzo a ver a una mujer de unos 45 años vestida muy sensual, con un camisón “transparentón”, medias y porta ligas. No la iba a pasar nada mal mi pasajero.<br /><br />Habrán pasado como seis meses; me sube una mujer al taxi y me pide que vayamos bastante rápido al aeropuerto, porque iba a recibir a una persona que provenía de España. Mientras se va desarrollando la conversación, me dice que por pedido expreso de ella “esa persona” estaba viniendo a Córdoba. “Lo nuestro no da para más. Hace un tiempo que salimos, pero esto no da más. A mí me gusta, es apuesto, pero a la distancia no se puede. Lo hago venir para ponerle punto final a esto”, dijo. Vamos llegando al aeropuerto, y yo le menciono si la finalización de la pareja no se podría haber hecho por otro medio, sobre todo teniendo en cuenta que el “mozo” iba a tener que hacer un interesante viaje “para que lo fleten” y además se iba a tener que gastar su buen dinero en el pasaje. “El vuelo no le sale nada a él. Él es piloto”, me dijo la pasajera sonriendo mientras descendía del taxi.<br /><br />Inmediatamente mi cabeza trató de recordar en donde había levantado a esta pasajera: la respuesta era el pasaje Santos Vega. “Mira si es grande el destino y esta ciudad es chica”, seguiría diciendo Arjona; el piloto que me había tomado hace seis meses tenía las horas contadas. Conocí el auge de la pareja y también su apogeo. Fue una relación de poco vuelo, si se me permite la expresión. Por cierto, y para concluir: la vestimenta sensual engaña.Joelhttp://www.blogger.com/profile/02521737934255746376noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-2008112434485044498.post-46776740148396133382009-11-05T01:20:00.011-03:002012-01-08T04:29:45.567-03:00Taxi de bodasEn el taxi, no solo me tocó asistir a un velorio para llevar una corona a un difunto equivocado. El “amarillo” también tiene cosas positivas impensadas.<br /><br />Sábado, 23 horas. Me hace seña una pareja en el Bv. Las Heras (generalmente así empiezan los viajes: con la seña del pasajero para que uno se detenga… JEJE). Ambos estaban <span style="font-weight:bold;">bien vestidos</span>, como para asistir a una fiesta. Suben, y me dicen el destino: “Barrio General Paz”. Seguido de esto, el pasajero acota: “estamos llegando tarde al casamiento”. Yo, haciéndome el “pícaro” y chistoso a la vez, le digo: “mientras ustedes no sean los novios”. “Somos <span style="font-weight:bold;">los novios</span>”, me contesta la pasajera de manera sonriente. Sinceramente me dejó tan descolocado la respuesta, que me quedé por varias cuadras en silencio. <br /><br /><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhaxvg9sTH4NdJoaOcChwStbS4smpskcCQmCM4142AfP21x7osOEJiWWfs-0fWch1hLxEfYbUMdCmD7beXTgNr_I-nNdNKyDrKpdzJGWEmN41TqJu_Jple3mIaLK68QloMV9N_NlPiA3Pc/s1600-h/TAXI+novios.jpg"><img style="float:right; margin:0 0 10px 10px;cursor:pointer; cursor:hand;width: 190px; height: 200px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhaxvg9sTH4NdJoaOcChwStbS4smpskcCQmCM4142AfP21x7osOEJiWWfs-0fWch1hLxEfYbUMdCmD7beXTgNr_I-nNdNKyDrKpdzJGWEmN41TqJu_Jple3mIaLK68QloMV9N_NlPiA3Pc/s200/TAXI+novios.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5410520653981571810" /></a>En sí, el viaje era corto. No me quedaba mucho tiempo y tenía que averiguar porqué no alquilaron un auto o pidieron prestado uno para llegar al salón de fiestas: se habría roto, una nueva moda en los casamientos quizás, una decisión exótica para impresionar tal vez. Mil cosas se me venían a la cabeza. ¿Cuál es la manera más fácil de enterarse de algo? Preguntando. Pero el tema es cómo preguntarlo. Allí fui con mi pregunta al punto (me quedaban 5 cuadras de viaje): “<span style="font-weight:bold;">¿Por qué al Salón de fiestas en taxi?</span>" El novio ya tenía la respuesta lista, como sabiendo que se venía mi pregunta. “Hace 4 años que convivimos. Esto es mera formalidad. Es más, hicimos “joda” porque nos pidieron nuestros conocidos. Si por nosotros fuera, moría todo en el “civil” de ayer”, argumentaba el novio. “La idea es hacer algo súper informal, por eso alquilamos un resto-bar para la fiesta”, completó la novia.<br /><br />Pese a la versión de los novios, los que parecían no entender lo de <span style="font-weight:bold;">“informal”</span> fueron los familiares y amigos. Iba llegando y todos esperaban a la feliz pareja afuera del resto-bar. El semáforo me dio rojo, justo media cuadra antes del lugar festivo: aproveché para cobrar el viaje para que frente al salón los novios sólo tuvieran que sonreír ante las cámaras y saludar. Me acomodé el cuello de la camisa, puse “cara de confites” y allá fuimos. Balizas puestas, estacioné para que descendiera la pareja ante los aplausos tenues que caían del lado izquierdo del taxi. Los despedí con un “Hasta la próxima y suerte”, mientras hacía mi mayor esfuerzo para mantener mi rol de <span style="font-weight:bold;">chofer de coche de bodas</span>. La luz de la tulipa del techo se prendió: era hora de volver a mi rutina habitual.Joelhttp://www.blogger.com/profile/02521737934255746376noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2008112434485044498.post-28775806404650972602009-10-19T05:45:00.003-03:002009-10-19T05:53:00.334-03:00“Vigilantes, cañoncitos y bombas”Las historias de taxi no son solo infidelidades y desamores. Hay un montón de otras anécdotas que merecen ser contadas también. Sube al taxi una señora de unos 55 años en el centro y me dice que vayamos a la avenida Alem. Yo le pregunto de manera risueña si íbamos a barrio Firpo (lo hice en tono de broma porque así se llamaba antes el barrio. Actualmente es Barrio Gral. Bustos). La señora sonrió y me dice: “exactamente, al barrio de los baños públicos”. A mediados de 1900 en esa zona, cerca de las vías del tren, funcionaban unos baños públicos donde uno no solo tenía las utilidades propias de un sanitario, sino que también había duchas para higienizarse “al paso”.<br /><br /><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg3KtP-NtxhP9kYPLutbeA9OX3NnsBu8AdHpQrthzMA15tNfuGkFdhmBYg_E22pYu5SOcp228ACbvKKDX7HVl-ShkuQJCMdlZ9-i5LtgvK2dKPr8dD5dxyj7ep4pW_xIQRRuXE5mBCm_bY/s1600-h/Milico+en+la+panaderia.jpg"><img style="float:left; margin:0 10px 10px 0;cursor:pointer; cursor:hand;width: 200px; height: 182px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg3KtP-NtxhP9kYPLutbeA9OX3NnsBu8AdHpQrthzMA15tNfuGkFdhmBYg_E22pYu5SOcp228ACbvKKDX7HVl-ShkuQJCMdlZ9-i5LtgvK2dKPr8dD5dxyj7ep4pW_xIQRRuXE5mBCm_bY/s200/Milico+en+la+panaderia.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5394231166656197394" /></a>“Yo viví toda mi vida allí. Mis padres tenían una panadería en ese lugar. Esa casa tiene mucha historia”, mencionó la pasajera. Pregunta obligada era indagar sobre alguna anécdota. “Uno de <span style="font-weight:bold;">mis mayores recuerdos</span> no es precisamente bueno y fue cuando tenía 5 años. Yo soy psicóloga y creo que me ha afectado mucho por el hecho de que aún me acuerdo de aquello”, a modo de introducción me dijo la señora. Su relato siguió: “era el año `55, la época de la <span style="font-weight:bold;">Revolución Libertadora</span>, y acá había un lío bárbaro. No se podía andar tranquilo porque había temor por la milicia subversiva. En cada esquina de la avenida Alem había militares apostados con rifles y otras armas”. El nivel de detalles que me mencionaba la pasajera me mostraba que el recuerdo estaba vívido e intacto. “A nosotros <span style="font-weight:bold;">nos obligaban a fabricar pan</span> para todos los soldados de la zona y, además, repartirlo”, me comentaba la señora. Yo le pregunté si el Ejército o bien el Estado le pagaba aunque sea los insumos, a lo cual la respuesta fue un rotundo no. “Hasta lo del pan todo bien, pero después de unos días, <span style="font-weight:bold;">en los fondos de mi casa instalaron como una base para comunicaciones</span> y tenía permanentemente militares en mi casa. En la parte más cruda de la Revolución hubo rumores de que bombardearían la zona de mi barrio, porque aparentemente había llegado a oídos de los subversivos que desde ahí se organizaban operaciones”, apasionadamente seguía su relato la pasajera. Y agregó:”en un momento nos obligaron a cerrar la panadería y a meternos todos en una pieza. A las horas, <span style="font-weight:bold;">nos balearon la casa</span>, aparentemente los rebeldes, y nos destruyeron parte de la edificación. Se escuchaban gritos y corridas. Las órdenes que el oficial de telecomunicaciones daba por medio del aparatejo que estaba instalado en mi casa no paraban. <span style="font-weight:bold;">Fue terrible</span>”. <br /><br />El viaje estaba llegando a su fin, y la señora seguía contándome por menores y detalles de la historia, cosas que uno jamás se enteraría por medio de un libro de secundaria o univerdad. Una cuadra antes de llegar a destino me quedaba una duda, pese al gran poder de síntesis y relato que tenía la pasajera: si alguien le había pagado <span style="font-weight:bold;">los daños de la casa</span>. Le trasladé mi inquietud y la pasajera irónicamente me contestó: “No, pero a lo mejor pronto”. Ahí me di cuenta qué pregunta estúpida hice.Joelhttp://www.blogger.com/profile/02521737934255746376noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2008112434485044498.post-51276879900503597802009-10-07T04:02:00.010-03:002012-01-08T04:30:08.295-03:00La tarifa aéreaComo la función de este blog no es solo “botonear” historias que me han contado diferentes pasajeros, hoy he decidido ponerme en rol de informador. Si bien lo que voy a contar no es nuevo, para aquellos que no viajamos asiduamente en avión quizás sea toda una novedad.<br /><br /><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiZIaXwmvL9xi4YtEtq23zPpNPW0JiD1GbJISO7WdpsLovTMl4-xXQ1Onuwn2qC_0AHv3g5PIvpJAtWsxnIehDRF8jcPUoDld7orXJ6MmGkY7P701pSfWIffQQZqdWHqgWEYPc5Id1jT58/s1600-h/malaga-airport-taxi.jpg"><img style="float:right; margin:0 0 10px 10px;cursor:pointer; cursor:hand;width: 180px; height: 169px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiZIaXwmvL9xi4YtEtq23zPpNPW0JiD1GbJISO7WdpsLovTMl4-xXQ1Onuwn2qC_0AHv3g5PIvpJAtWsxnIehDRF8jcPUoDld7orXJ6MmGkY7P701pSfWIffQQZqdWHqgWEYPc5Id1jT58/s200/malaga-airport-taxi.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5389750720394229218" /></a>Desde hace más de 2 años rige un <span style="font-weight:bold;">sistema paralelo de tarifas</span> en la Ciudad de Córdoba para los taxis. Todos <span style="font-weight:bold;">los viajes que tienen su</span> <span style="font-weight:bold;">origen en el aeropuerto</span> <span style="font-weight:bold;">tienen un costo inicial</span> (bajada de bandera) <span style="font-weight:bold;">4 veces mayor</span> que el que se inicia en cualquier otro punto de la ciudad. Por ejemplo, actualmente la bajada de bandera común tiene un valor de 3.25 pesos, mientras que la tarifa aeroportuaria asciende a los 13.00 pesos. <br /><br />Esto es así porque los taxista que pertenecen a la <span style="font-weight:bold;">“élite” del aeropuerto</span> suplicaron tener una tarifa diferenciada porque no les era rentable esperar casi 2 horas hasta que llegue un vuelo, mientras hacían sociales y jugaban a las cartas, y realizar un viaje a barrio Poeta Lugones por 10 míseros pesos. “Concedido”, dijo el hada madrina del Consejo Deliberante (o Consejo Delirante, como le guste) y hoy la <span style="font-weight:bold;">tarifa aérea</span> es un hecho. Ya lo creo que es aérea, si está por las nubes (CUAK). <br /><br />No tengo problema en referirme a este abuso, ya que yo no reclamé para que se implemente esta tarifa complementaria, ni pertenezco al <span style="font-weight:bold;">"grupo de beneficiarios"</span>. Legalmente podría levantar pasajeros en el Aeropuerto y cobrar esta <span style="font-weight:bold;">bajada de bandera recargada</span>. Fácticamente no puedo, si es que me quiero ahorrar un par de problemas provenientes de mis colegas de la élite. <br /><br />Un detalle: los <span style="font-weight:bold;">remises</span> (verdes) <span style="font-weight:bold;">no tienen esta tarifa complementaria</span>. Si usted llama a alguna remisería para que lo vayan a buscar al Aeropuerto, se ahorra unos buenos manguitos.Joelhttp://www.blogger.com/profile/02521737934255746376noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2008112434485044498.post-68177769592878015672009-09-23T16:26:00.000-03:002009-09-23T16:36:33.651-03:00Llamame cuando llegues<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhUoZNW98ETOoiUfv8Px1Yff_Br4Jmfi8zzz-g-ook2mLhQxgequ7wAe6nlllTGg8u4KbNBtcq6MqAhnCgGp-EAiIbaKX92qr7NSOctxWYTnAINgOaZxMT-mZkqL0cgCl0tSOfUjqSifn8/s1600-h/_Pareja_1.jpg"><img style="float:right; margin:0 0 10px 10px;cursor:pointer; cursor:hand;width: 200px; height: 183px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhUoZNW98ETOoiUfv8Px1Yff_Br4Jmfi8zzz-g-ook2mLhQxgequ7wAe6nlllTGg8u4KbNBtcq6MqAhnCgGp-EAiIbaKX92qr7NSOctxWYTnAINgOaZxMT-mZkqL0cgCl0tSOfUjqSifn8/s200/_Pareja_1.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5384748881852983346" /></a><span style="font-style:italic;">“Llamame cuando llegues”</span>, suele ser la frase común que un chico le dice a su novia antes de que esta cierre la puerta del taxi. Esta vez se repitió la historia, pero el chico no era tan chico. Me hace seña una pareja de unos 65 años frente a la plaza Colón y, para mi sorpresa, sube sólo la señora. Despidiéndola con un “piquito”, el señor con cara y tono de enamorado le dice: <span style="font-style:italic;">“acordate de mí y llamame cuando llegues”</span>. En primera instancia me sorprendió el afecto con el que se trataron esos breves instantes que los pude ver juntos.<br /><br />Ya en el viaje, <span style="font-weight:bold;"><span style="font-weight:bold;">Rosa</span>, mi pasajera</span>, comienza a contarme que eran <span style="font-weight:bold;">novios</span>, y que este hombre la hacía muy feliz. <span style="font-style:italic;">“A mí me gusta salir a la Cantina de los panaderos</span> (lugar bailable para mayores de 40)<span style="font-style:italic;">. Hace mucho tiempo que voy allí. En un baile nos empezamos a hablar</span>”, me comentó la señora como introducción a su historia amorosa con <span style="font-weight:bold;">Rubén </span>(el que le dio el piquito antes de que se suba al taxi). Siguiendo con el relato, me mencionó que ella antes no lo registraba, pese a que hacía mucho tiempo que ambos coincidían en divertirse en el mismo lugar bailable. <span style="font-style:italic;">“A mí me gustaba el turco, que también iba a la Cantina. Era un “churro”, por eso estaba atontada y no tenía ojos para otra persona. Estuve años esperando que me correspondiera; hablábamos mucho y pensé que iba a tener una oportunidad con él”</span>, decía <span style="font-weight:bold;">Rosa</span>. Y continuó: <span style="font-style:italic;">“un día el turco me dice si quería que fuéramos a la Cantina, que me pasaba a buscar. Yo me sentía en el cielo, creía que se me iba a declarar. Cuando llegamos al lugar me menciona que tenía algo importante que decirme, pero que esperara unos minutos. Pasaron 10 minutos más o menos y cayó un vieja “re pintarrajeada”. El turco me la presentó como su novia. Se me vino el mundo abajo”.</span><br /><br />Dicen que de toda crisis se puede sacar una oportunidad, y así lo entendió aparentemente <span style="font-weight:bold;">Rubén</span>. Ni lerdo ni perezoso, vio que <span style="font-weight:bold;">Rosa</span> estaba muy mal y “le arrimó la chata”. <span style="font-style:italic;">“<span style="font-weight:bold;">Rubén</span> me invitó a tomar un café dejándome en claro que no se quería aprovechar de la situación, pero que no podía verme mal”</span>, seguía contándome la pasajera. Café va, café viene, baile de por medio, comenzaron a salir con el título de “novios”. El viaje ya estaba finalizando y el relato seguía: “<span style="font-style:italic;">el me contó que siempre estuvo enamorado de mí, pero que nunca se animó a decírmelo por miedo a que yo lo rechace. Es un dulce mi negrito, a tal punto que hoy me propuso casamiento”.</span> Me quedaba una sola pregunta por hacer: ¿Cuánto tiempo hace que salen? <span style="font-style:italic;">“Aunque vos no lo creas, solo 10 días”</span>, concluyó <span style="font-weight:bold;">Rosa</span>.Joelhttp://www.blogger.com/profile/02521737934255746376noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-2008112434485044498.post-12656989400794071032009-09-16T13:22:00.000-03:002009-09-16T13:42:29.698-03:00Consultorio psicológicoMuchos me preguntan cómo obtengo la información que publico, cómo hago para que los pasajeros me cuenten determinadas cosas. Yo siempre les contesto que la conversación va siguiendo su curso normal y, a veces, se desemboca en <strong>historias muy interesantes</strong>. Además, insisto en que muchas veces <strong>es el pasajero el que tiene las ganas y la necesidad de contar</strong>.<br /><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhFVs6q66zUxDP4SgnVvjDiTnYHa2zPqzZBkUrZkiG4WswGCSOW9P6dK7NLnjNGfEuNyJhyphenhyphen9D2UENlW5WM4JvSs1DDbLlxmhkpacUjRwq6jzi-BZGw9WnfdHL5HLUUdRnS0Whl-VNHsvKg/s1600-h/meszarovits_taxi.jpg"><img style="float:left; margin:0 10px 10px 0;cursor:pointer; cursor:hand;width: 222px; height: 167px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhFVs6q66zUxDP4SgnVvjDiTnYHa2zPqzZBkUrZkiG4WswGCSOW9P6dK7NLnjNGfEuNyJhyphenhyphen9D2UENlW5WM4JvSs1DDbLlxmhkpacUjRwq6jzi-BZGw9WnfdHL5HLUUdRnS0Whl-VNHsvKg/s320/meszarovits_taxi.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5382106554650456354" /></a>Un caso patente de esto es lo que me pasó el otro día. Sube una chica de unos 25 años cerca de Patio Olmos (Shopping). Me dice la dirección y nada más. Después de hacer 15 cuadras en silencio, pasamos por un lugar y “rompió el hielo” con un: <em>“esta zona me trae muchos recuerdos”</em>. A lo cual yo interpreté que tenía que intervenir: <em>“¿Por qué?”</em>, pregunté. Haciéndome el gil, sabiendo que era muy probable que se esté refiriendo a una persona, le pregunté: <em>“¿Jugás al tenis, sos abogada o estudias algún arte?</em> (En la calle por la que circulábamos está el Córdoba Lawn Tenis, Tribunales Federales y la Ciudad de las Artes). <em>“No, por acá cursé la secundaria…</em> (breve pausa)<em>…y vive mi ex novio. Salí con él 8 años”</em>, respondió. Me salió el curioso de adentro y le pregunté por qué no había funcionado la relación, a lo cual ella me dijo que el chico la había engañado en seguidas oportunidades. A partir de ese momento me hizo una crónica detallada de su noviazgo frustrado, aclarando que si bien ella está “muy” de novio con otra persona, a la cual calificó de ideal, aún “le tira” su amor por el “engañador”. Me contó que se fue a vivir a otra provincia para poder olvidarlo y que aunque pasaron 3 años, aún "hay mucha química cuando se ven ocasionalmente" (pasajera dixit). <br /><br />Otra cosa que me mencionó es que ella estaba de paso por Córdoba (en el momento en el que la estaba llevando en el taxi), y que se lo había cruzado en el boliche ese fin de semana: “<em>tuve que irme porque no aguantaba verlo. Si me quedaba iba a empezar a charlar, me podía confundir y se iba todo al diablo”</em>, comentó. En fin, en su relato me dio un montón de detalles más, como por ejemplo que tienen un amigo en común por el cual se entera de él: <em>“Carlitos </em>(el mediador) <em>me dijo que cuando se enteró </em>(el engañador) <em>que yo me fui de Córdoba, se le vino el mundo abajo”</em>, mencionó.<br /><br />La idea no es contar esta historia. No va a ser la primera vez que alguien tenga una relación enfermiza, estando con alguien, cuando su corazón le dicta otra cosa. Mi objetivo es mostrar cómo a veces la necesidad de contar hace que <strong>uno “se desahogue”</strong> en el taxi cual si fuera un <strong>consultorio psicológico</strong>, sin importar que el conductor sea un extraño, desentendido del psicoanálisis. Bastaron los 10 minutos que duró el viaje para que la pasajera me hiciera un resumen de su vida amorosa, sin que yo asumiera un verdadero rol de entrevistador. Sin dudas, <strong>hay veces que el deseo de contar es más fuerte…</strong>Joelhttp://www.blogger.com/profile/02521737934255746376noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-2008112434485044498.post-6000694827436886292009-08-29T12:14:00.000-03:002009-08-29T13:09:29.947-03:00Leal y traidoraEl tema de la <strong>infidelidad</strong> es recurrente en las conversaciones de taxi. En esta historia, si bien la traición la cometió un hombre, la que me comentó la historia era una pasajera.<br /><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjunvLHYzAKqdqUhjpunsaiOfgW6Fn_j5mErTPgQvsbq39rDnCPJb_LkzNe_LHYxzsPYw3rXMKoAIlDiMhYqcu5v0FCEuz5wNc4ZcFd6pcvwNOo_tivqMg9zktYHykd3VqS4De4eN4yRJY/s1600-h/bar.jpg"><img style="float:left; margin:0 10px 10px 0;cursor:pointer; cursor:hand;width: 280px; height: 218px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjunvLHYzAKqdqUhjpunsaiOfgW6Fn_j5mErTPgQvsbq39rDnCPJb_LkzNe_LHYxzsPYw3rXMKoAIlDiMhYqcu5v0FCEuz5wNc4ZcFd6pcvwNOo_tivqMg9zktYHykd3VqS4De4eN4yRJY/s320/bar.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5375409131421511394" /></a>La chica me tomó en barrio Cofico (no vamos a dar la dirección, no vaya a ser que por esas casualidades lea y va a quedar pegada jejeje). Comenzó su conversación diciéndome que venía de oficiar de psicóloga; estuvo haciéndole “el aguante” a <em>“Juana”</em>, una amiga de ella. Aparentemente estaba muy afectada porque su novio le había sido infiel. Hasta aquí ninguna novedad. Lo verdaderamente interesante resultó ser que la pasajera era amiga desde hace tiempo de ambos: amiga del engañador y de la engañada. Para ponerle más condimentos a esta historia, la pasajera me menciona que ella se enteró primero de la traición, ya que encontró a su amigo de trampas en un bar, sin que él se diera cuenta. <br /><br />Mi pregunta era obvia: “¿y vos que hiciste? ¿le contaste a tu amiga o no?”. La respuesta, a mi entender, no era tan obvia, porque la pasajera era amiga de ambos. “Se me hizo difícil decidir, pero no le podía fallar a mi amiga: yo la conozco desde antes de conocerlo a <em>“Ricardo”</em> (el engañador)”, me contestó. Y volví a preguntar “y vos qué hiciste”, ya que es una situación difícil: <strong>ser leal, es ser traidor a la vez. </strong><br /><br />La pasajera me relato cronológicamente los hechos: “lo que hice fue así: organicé una salida entre <em>“Juana”</em>, <em>“Ricardo”</em> y yo, para el fin de semana. Ese sábado le digo a mi amiga que sería mejor salir solas y que lo deje a Ricardo divertirse por su cuenta: él piso el palito. Nos dijo que no había drama. Mi intuición me decía que se iba a ver con la otra en el mismo bar donde yo lo había descubierto. Dicho y hecho: a la noche le sugiero a mi amiga un bar “muy piola” que me habían recomendado: el bar de la traición. Llegamos al lugar y allí estaba muy a los besos con la otra. Yo solo la llevé a que vea la realidad. Yo no dije nada”.<br /><br />Según lo que me dijo, nunca nadie supo que ella estaba enterada de todo, por lo tanto el incidente quedó como algo “fruto de la casualidad” (a excepción mía que si sé la verdad, y de ustedes, que también la saben jeje). Una vez más queda comprobado que las casualidades no existen: toda causa produce un efecto.Joelhttp://www.blogger.com/profile/02521737934255746376noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-2008112434485044498.post-79735385356854295732009-07-07T01:49:00.000-03:002009-08-29T13:12:35.457-03:00La vueltita del perro<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgLOBa6Ddj6V9-fHPifNPW4CyPqkmGuBURvNULSe74ueV2_5_Kk6M8OQvdwfmlWhXQb_H_ne_NhsTiuwEPqFIgMdrdZVEL2oH4FvpGINUS23Pxgn5OQnzQ0xq50GvZBUr-_YSe3GRDnDKs/s1600-h/perro-al-volante.jpg"><img style="MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 195px; FLOAT: left; HEIGHT: 160px; CURSOR: hand" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5355587100527146354" border="0" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgLOBa6Ddj6V9-fHPifNPW4CyPqkmGuBURvNULSe74ueV2_5_Kk6M8OQvdwfmlWhXQb_H_ne_NhsTiuwEPqFIgMdrdZVEL2oH4FvpGINUS23Pxgn5OQnzQ0xq50GvZBUr-_YSe3GRDnDKs/s320/perro-al-volante.jpg" /></a> Si hay algo de lo que siempre se desconfíe a la hora de subir a un taxi es que el conductor se pase de “vivo” y nos quiera "pasear". Sin embargo, debo decir sin temor a equivocarme que más de la mitad no "paseamos", y que a veces el pasajero cree que se lo ha paseado cuando no es así. En ocasiones, los taxistas llevamos al pasajero por recovecos y cortaditas: el que va en el asiento de atrás cree, más si no hace ese recorrido habitualmente, que le dimos el paseo de su vida. Uno con la práctica ya termina sabiendo, salvo algún imprevisto, cual es el recorrido <span style="FONT-STYLE: italic">más rápido</span>, cual es el recorrido <span style="FONT-STYLE: italic">más barato</span>, y cual es el <span style="FONT-STYLE: italic">más corto</span> (que dicho sea de paso, hay veces donde estas 3 características están disociadas).<br /><br />Pero bueno, el tema de hoy son los <span style="FONT-WEIGHT: bold">“paseadores”</span>. Ellos se agarran de ciertos rasgos o características del pasajero que delatan que el mismo no es un perito en la cartografía de la ciudad: tonada, idioma, vestimenta, papelito con la dirección anotada, cámara de fotos, asombro por cuanta cosa ven, etc. De hecho yo fui un "cazador cazado": en Buenos Aires un “querido” colega me quiso <span style="FONT-STYLE: italic">pasear</span>. Me escuchó la tonada y dijo: a este le hago conocer la Panamericana de punta a punta. Me paseó, pero yo ya había hecho el mismo viaje a la mañana y tenía el ticket. Ese recorrido me había salido 15 mangos y el "paseador", con su súper itinerario, me quería facturar 25. Le di 15 y lo mandé a que suba la bandera nomas. El lugar predilecto de los “paseadores” es la Terminal de Ómnibus o el Aeropuerto. Aclaro que por más que el pasajero se haga el nativo, uno generalmente se da cuenta “al toque” con una o dos preguntas si conoce la City o no. En resumen, nadie está exento de ser paseado, ni siquiera los taxistas fuera del horario de trabajo.<br /><br />Uno de los recorridos que saben hacer los <span style="FONT-WEIGHT: bold">“paseadores”</span> cuando son abordados en el Aeropuerto Córdoba y van hasta el centro es el siguiente:<br /><br /><br /><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhNf35zEytCTbHSZ2fl3wocWBnqDhyphenhyphen-erIUON56dWljx2hvdDoP3douawguPqdv8pfv3PTZB7inu73IDZjGvGHSL7HHzjygMbrha6vcLoYyhMBrW0o2BdUPEoFsa1jnqfwq3PMwX0GFx0M/s1600-h/Mapa.JPG"><img style="TEXT-ALIGN: center; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 310px; DISPLAY: block; HEIGHT: 320px; CURSOR: hand" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5355576608718814610" border="0" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhNf35zEytCTbHSZ2fl3wocWBnqDhyphenhyphen-erIUON56dWljx2hvdDoP3douawguPqdv8pfv3PTZB7inu73IDZjGvGHSL7HHzjygMbrha6vcLoYyhMBrW0o2BdUPEoFsa1jnqfwq3PMwX0GFx0M/s320/Mapa.JPG" /></a><br /><br />Pero para que vean que esto no solo pasa acá, vean lo que hacen en España:<br /><br /><p align="center"><object width="425" height="344"><param name="movie" value="http://www.youtube.com/v/3EZOjKxuNJM&hl=es&fs=1&"><param name="allowFullScreen" value="true"><param name="allowscriptaccess" value="always"><embed src="http://www.youtube.com/v/3EZOjKxuNJM&hl=es&fs=1&" type="application/x-shockwave-flash" allowscriptaccess="always" allowfullscreen="true" width="425" height="344"></embed></object></p><br /><br />La relación que creo que existe en Córdoba entre taxistas leales y <span style="FONT-WEIGHT: bold">"paseadores"</span> es 80 / 20, por eso no hay que caer en la obsesión, pero por las dudas siempre hay que estar atentos porque uno nunca está a salvo de caer en las manos de un <span style="FONT-WEIGHT: bold">“paseador”</span>.Joelhttp://www.blogger.com/profile/02521737934255746376noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-2008112434485044498.post-87225612168936332632009-06-16T19:28:00.000-03:002009-06-16T20:08:15.795-03:00El error del periodistaA los taxistas nos hace falta un poco de cada profesión: de adivino, para saber si una calle está cortada; de mecánico, por si se rompe el auto; de psicólogo, por si alguien sube con algún drama; de contador, para que nos cierren los números de la recaudación; de banquero, para tener cambio y ponerlo a disposición de todo aquel que se le ocurra subir con 100 mangos; etc.; etc. También deberíamos ser periodistas: no tenemos que confiar en todo lo que nos dicen y, oportunamente, confirmar los datos que nos brinda la fuente. <br /><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhoMBzV0fMKstJtjn9ZfRtGdb2H_Qry0T7ae2wgsRSFzcSsopTIfzWD8nNnE53l6ktX8ztNpG78axnElEWJLuIEGhPzy6RC_QGWpbAzyQogBTObpgB_Cfyb2wFtIy3cM99nl17Ihh3hScc/s1600-h/CORONA-MED-LL-1-C.jpg"><img style="float:right; margin:0 0 10px 10px;cursor:pointer; cursor:hand;width: 200px; height: 267px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhoMBzV0fMKstJtjn9ZfRtGdb2H_Qry0T7ae2wgsRSFzcSsopTIfzWD8nNnE53l6ktX8ztNpG78axnElEWJLuIEGhPzy6RC_QGWpbAzyQogBTObpgB_Cfyb2wFtIy3cM99nl17Ihh3hScc/s320/CORONA-MED-LL-1-C.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5348057638111576002" /></a><br />Me envían de la base de Radiotaxis a una florería. Allí me dan una corona de flores para ser llevada a Caruso (sala velatoria). Ya empezamos mal, porque esto es poco habitual y tedioso. En fin, de la florería me dieron el nombre del difunto, pero no el número de sala. Cuando veo el nombre del occiso me corrió frío por la espalda: era un compañero de un laburo anterior que yo tenía. Bue… llego a la sala y le pregunto al encargado donde se velaba a este tal <em>“González”</em>. Me dice: “Sala 1, al fondo a la izquierda”. Entro a la habitación, tratando de pasar desapercibido, acomodé la corona al lado del cajón, mientras “pispiaba” para el cajón y veía si era el conocido mío. Me volvió el alma al cuerpo: no era mi ex compañero de trabajo. Cuando me voy retirando, con la satisfacción del deber cumplido, le pregunto a unos de los familiares si el fallecido era <em>“Juan González”</em>. “No, <em>González</em> lo velan en la Sala 2, aquí al frente”, me decía el hombre mientras yo no sabía dónde meterme. <br /><br />Sinceramente es uno de los papelones más grandes que pasé: retirar una corona que no era para ese muerto. Más allá del papelón, retornó mi preocupación porque tenía que corroborar que el otro velado no era mi allegado. Hago el mismo procedimiento que en la Sala 1. “Relojeaba” para el cajón mientras acomodaba la corona: Gracias a Dios tampoco era <em>“Juancito”</em>, mi compañero. Al retirarme, de nuevo pregunté si este sí era <em>“Juan González”</em>, a lo que esta vez la respuesta sí fue positiva. Retirándome, ahora sí con la satisfacción del deber cumplido, me faltaba algo por hacer que no podía eludir: pasar a “charlar unas cositas” con el encargado de la sala velatoria.Joelhttp://www.blogger.com/profile/02521737934255746376noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2008112434485044498.post-52397804501366153492009-06-05T03:02:00.000-03:002009-06-05T03:23:46.357-03:00¡¡Cuidado con las puertas!!Las puertas de los taxis nacieron para sufrir. Imaginesé: las pobres se abren y se cierran por día más de 50 veces. Es cierto que es mejor un portazo, a perder un pasajero a la mitad de la ruta, pero hay algunos que ¡UFFF! , le dan como si estuviera la suegra en el parante trasero <em>esperando el impacto</em> (diría La Bersuit, CUAK).<br /><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEim5m9r8iHRj1uZKHVCLnfKuIkMT_4Uk06AfyMRQ8As9w44LkiHHez01K8ucUvBJnSV7AcYvEthHQPY3F3zlXjfv26M2Tv5i2MU9PAxEfooGQJa8ckM3tsewnRQ7CARiYJZQP3RKsso7js/s1600-h/Taxi-Cordoba.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 235px; height: 150px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEim5m9r8iHRj1uZKHVCLnfKuIkMT_4Uk06AfyMRQ8As9w44LkiHHez01K8ucUvBJnSV7AcYvEthHQPY3F3zlXjfv26M2Tv5i2MU9PAxEfooGQJa8ckM3tsewnRQ7CARiYJZQP3RKsso7js/s320/Taxi-Cordoba.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5343723297895872530" /></a><br />Saliendo del <em>“CIERRE DESPACIO”</em>, hay otra cuestión más importante. Voy a rememorar lo que nos decían nuestras madres cuando éramos niños: <em>MIRA PARA LOS DOS LADOS</em> antes de cruzar la calle. En lo posible baje siempre del lado de la vereda, de lo contrario mire para los dos lados (adelante y atrás) antes de accionar la palanquita, sino, en el mejor de los casos, le llevarán la puerta, a veces con brazo incluido. Ni le cuento si ya bajo la pierna. <br /><br />Esto lo digo con conocimiento de causa: <em>DOS VECES </em>se me bajaron pasajeros rápidamente del lado de la calle y bue… así quedó la puerta. La primera vez me la enganchó un “amigo” remisero y la otra un “querido” colectivero (Las ironías de la vida, JE). Hablando en serio, la culpa la tuvieron los pasajeros, no ellos. La del colectivo, el pasajero quedó entre el bondi y el tacho: zafó. Un kilito más y no contaba el cuento. Lo más gracioso que los pasajeros te miran con cara de “estar esperando un corner”, te dicen cuánto es y se van como si nada hubiera pasado. <br /><br />Ya sabe: cuando vea el <strong>“CIERRE DESPACIO”</strong>, acuérdese que más importante es <strong>“MIRAR PARA AMBOS LADOS”</strong>.Joelhttp://www.blogger.com/profile/02521737934255746376noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2008112434485044498.post-33333441971156274362009-05-26T04:29:00.003-03:002012-01-08T04:30:44.534-03:00La bajada de bandera¿Por qué uno le dice al precio inicial del viaje “<strong>bajada de bandera</strong>”? Esto se debe a que antes, el reloj taxímetro (aparato) que se utilizaba para calcular el precio de los viajes tenía una banderita al costado que, cuando el taxi era ocupado, esta se debía bajar no solo para indicar que el taxi estaba con pasajeros, sino también para que el reloj comenzara a contar el valor del viaje. Obviamente, al bajar esta bandera, el aparato arrancaba su cuenta desde una cifra X. <br /><br />Un aparato como este se usaba antes:<br /><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgtjipRUg3OuLZCyLvXCd5rqjjN4CLPrUw25MfcyWOa301Ahacysk7wQlv8i6LVUwNauTqVKC3CZ3zgyo-tnKnLDUuEHC5tahgoP5crh-Rolu6etnBJScq3sAcmMmmbbVpOfbHOBNw3aVk/s1600-h/Bajada+de+bandera.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 320px; height: 208px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgtjipRUg3OuLZCyLvXCd5rqjjN4CLPrUw25MfcyWOa301Ahacysk7wQlv8i6LVUwNauTqVKC3CZ3zgyo-tnKnLDUuEHC5tahgoP5crh-Rolu6etnBJScq3sAcmMmmbbVpOfbHOBNw3aVk/s320/Bajada+de+bandera.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5343724767911718946" /></a>Joelhttp://www.blogger.com/profile/02521737934255746376noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-2008112434485044498.post-81655815190070203322009-05-26T04:00:00.001-03:002009-08-30T16:32:09.301-03:00No sabemos todo...El taxista, por el hecho de andar en la calle, no es Dios. El taxista sabe fundamentalmente de calles, barrios, y a veces conoce algunos lugares. ¡¡¡No sabemos de todo!!!<br /><br />Es común que te suba algún pasajero y te diga: <em>llevame a la Peluquería de Michael</em>. (¿Y dónde C... queda eso? Ni que fuera la peluquería de los "Hermanos Ber").<br /><br />O sube alguno y te dice: <em>¿Cuántos kilómetros hay hasta Villa Ascasubi?. (</em>¡Que se yo! De como que se cuántos hay hasta Carlos Paz).<br /><br />Lo peor de todo es que algunos encima se enojan porque no le das una respuesta satisfactoria: "¿ACASO NO SOS TAXISTA VOS?".<br /><br />Por ahí sube el que te pregunta: <em>Che, ¿dónde se comen buenas pastas?. (</em>TROESMA, yo soy taxista, no guía turístico, especialista en comidas).<br /><br />Los "peores del grado" son los que viven en un pasaje de tierra de 20 metros de largo, perdido en el último barrio, pegado al fin del ejido municipal, llamado <em>"Chiriscocho"</em> y pretenden que sepás donde está y en cuanto tiempo estarás llegando a ese lugar.<br /><br />Con esto no quiero que se caiga en la paranoia de subestimar al taxista e indicarle donde está <em>General Paz y Colón</em>, pero sepan que no sabemos todo, somos simples mortales.Joelhttp://www.blogger.com/profile/02521737934255746376noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-2008112434485044498.post-4032655319241720252009-05-26T02:46:00.000-03:002009-07-12T21:14:23.763-03:00Como arrancar una conversación...Es muy común que pasajero y taxista quieran arrancar una conversación hablando sobre las condiciones metereológicas (<em>¡Tiempo loco eh!). </em>Si uno por día hace 30 viajes aproximadamente, el 75% que inició conversación lo hizo por medio de "el tiempo". Uno como taxista ya termina repitiendo 200 veces lo mismo ("sí, que calor", "la verdad, que humedad, ya parece Buenos Aires", etc, etc).<br /><br />Debo reconocer que hay veces que se terminan en "flor" de conversaciones a partir del tiempo, pero cuando está en su mejor momento, se llega al final del viaje porque perdimos minutos hablando sobre una obviedad. <br /><br />He aquí algunos temas para arrancar la conversación, así empezamos una posible charla interesante desde el minuto uno del viaje:<br /><br />-Si ve <em>en el tránsito algo llamativo </em>manifiesteselo al taxista (seguro que él se percato también).<br /><br />-Hable sobre alguna noticia <strong>muy </strong>resonante.<br /><br />-Preguntar sobre el <em>movimiento en el centro </em>no es ingenioso, pero es una variante. <br /><br />-Si le gustan las conversaciones acaloradas, hable de politica, fútbol o religión. (No se lo recomiendo porque se pueden subir mucho los decibeles, y 10 minutos a veces no bastan para ponerse de acuerdo).<br /><br />-Hable de <em>los cortes de calles</em>.<br /><br />-A veces a los taxistas nos gusta <em>hablar sobre anécdotas</em>, sobre nuestro trabajo. <br /><br />-La mejor alternativa para empezar una conversación es <strong>comentarle al taxista sobre ESTE BLOG</strong>. JEJEJEJE<br /><em><br /><br />De onda para los pasajeros:</em> Si el taxista no tiene mucho interés en hablar, no insista. Hay veces que uno se queda sin saliva de tanto hablar.<br /><br /><em>De onda para los taxistas:</em> Si el pasajero no quiere conversar, no insista. Hay veces que el viaje es el único momento para meditar que tiene el pasajero en el día.<br /><br /><em>(Apartado: Yo como taxista siempre espero que el pasajero empiece la conversación. Si no lo hace, interpreto que no tiene ganas de charlar, lo cual es respetable, por supuesto.)</em>Joelhttp://www.blogger.com/profile/02521737934255746376noreply@blogger.com2