
Pero bueno, el tema de hoy son los “paseadores”. Ellos se agarran de ciertos rasgos o características del pasajero que delatan que el mismo no es un perito en la cartografía de la ciudad: tonada, idioma, vestimenta, papelito con la dirección anotada, cámara de fotos, asombro por cuanta cosa ven, etc. De hecho yo fui un "cazador cazado": en Buenos Aires un “querido” colega me quiso pasear. Me escuchó la tonada y dijo: a este le hago conocer la Panamericana de punta a punta. Me paseó, pero yo ya había hecho el mismo viaje a la mañana y tenía el ticket. Ese recorrido me había salido 15 mangos y el "paseador", con su súper itinerario, me quería facturar 25. Le di 15 y lo mandé a que suba la bandera nomas. El lugar predilecto de los “paseadores” es la Terminal de Ómnibus o el Aeropuerto. Aclaro que por más que el pasajero se haga el nativo, uno generalmente se da cuenta “al toque” con una o dos preguntas si conoce la City o no. En resumen, nadie está exento de ser paseado, ni siquiera los taxistas fuera del horario de trabajo.
Uno de los recorridos que saben hacer los “paseadores” cuando son abordados en el Aeropuerto Córdoba y van hasta el centro es el siguiente:
Pero para que vean que esto no solo pasa acá, vean lo que hacen en España:
La relación que creo que existe en Córdoba entre taxistas leales y "paseadores" es 80 / 20, por eso no hay que caer en la obsesión, pero por las dudas siempre hay que estar atentos porque uno nunca está a salvo de caer en las manos de un “paseador”.