Las puertas de los taxis nacieron para sufrir. Imaginesé: las pobres se abren y se cierran por día más de 50 veces. Es cierto que es mejor un portazo, a perder un pasajero a la mitad de la ruta, pero hay algunos que ¡UFFF! , le dan como si estuviera la suegra en el parante trasero esperando el impacto (diría La Bersuit, CUAK).
Saliendo del “CIERRE DESPACIO”, hay otra cuestión más importante. Voy a rememorar lo que nos decían nuestras madres cuando éramos niños: MIRA PARA LOS DOS LADOS antes de cruzar la calle. En lo posible baje siempre del lado de la vereda, de lo contrario mire para los dos lados (adelante y atrás) antes de accionar la palanquita, sino, en el mejor de los casos, le llevarán la puerta, a veces con brazo incluido. Ni le cuento si ya bajo la pierna.
Esto lo digo con conocimiento de causa: DOS VECES se me bajaron pasajeros rápidamente del lado de la calle y bue… así quedó la puerta. La primera vez me la enganchó un “amigo” remisero y la otra un “querido” colectivero (Las ironías de la vida, JE). Hablando en serio, la culpa la tuvieron los pasajeros, no ellos. La del colectivo, el pasajero quedó entre el bondi y el tacho: zafó. Un kilito más y no contaba el cuento. Lo más gracioso que los pasajeros te miran con cara de “estar esperando un corner”, te dicen cuánto es y se van como si nada hubiera pasado.
Ya sabe: cuando vea el “CIERRE DESPACIO”, acuérdese que más importante es “MIRAR PARA AMBOS LADOS”.
viernes, 5 de junio de 2009
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